(mientras hay vida hay esperanza)
Esta pelicula nos cuenta la vida de John May, un hombre que trabaja buscando familiares o conocidos de las personas que mueren en completa soledad, para comunicarles el fallecimiento y preparar el entierro.
John se dedica a su labor con verdadera entrega y delicadeza. Lleva una vida solitaria y austera, muy a tono con su empleo. Y uno se pregunta: Su forma de ser lo ha llevado a ese trabajo? O ese trabajo le ha llevado a ser asi?
El caso es que algunas circunstancias empiezan a cambiar su vida y vemos como se va abriendo a nuevas sensaciones, encontrando otros alicientes en su existencia.
La historia se desarrolla de una manera discreta y contenida, con mas silencio que dialogo. Da oportunidad para reflexionar sobre la vida, la muerte y cosas asi.
El director, Uberto Pasolini, nos conduce de manera magistral por toda la trama. A veces juega levemente con el espectador, pero siempre con una elegancia y mesura de gran altura.
El protagonista, Eddie Marsan, hace una interpretacion inolvidable y conmovedora, profundamente humana y evocadora.
La banda sonora de Rachel Portman es muy adecuada y sublimemente bella, de lo mejor que he escuchado en años.
En resumen, una obra que saca lo mejor de sus creadores y que deja en el espectador hondo recuerdo. Meritoria e indispensable.
