martes, 4 de marzo de 2014

Yonqui

(noria sin fin)

Este libro cuenta una historia bastante tipica, una pareja de chicos que se escapan de sus casas y se alojan en una casa okupada, donde descubren la droga y empiezan una vida de decadencia hasta la mas absoluta ruina y demolicion de sus vidas.

Nico y Gemma son los protagonistas, que viven una triste historia de amor, pues la droga los convierte en tales deshechos humanos que poco o nada queda en ellos mas alla de la pura adiccion.

Les acompañan unos pocos personajes igual o parecido de pillados y atrapados con la droga.

Cada capitulo esta contado por un personaje, permitiendonos ponernos en su lugar, mas o menos. El tono es de confidencia y distendimiento, como buscando la complicidad del lector.

Esto esta bien logrado y aprovechado, le aporta interes y dinamismo a la lectura. Hay buen ritmo y equilibrio en la exposicion de la trama.
Los personajes estan plasmados con bastante fortuna, es muy facil empatizar y conectar con ellos. Al menos en una primera lectura.

La historia se siente muy cercana y verosimil. Refleja muy bien la situacion. Es bastante representativa y recomendable, especialmente para adolescentes, pues en ella encontraran muchas de sus mismas dudas y anhelos.

Pero no termina de ser todo lo buena que podria. Al final pierde un poco sus virtudes y se adivina el artificio. O le han faltado agallas o le ha perdido el puro afan de comercialidad y lucro.

O realmente no sabe mas de lo que ya ha contado.
Me refiero a que el retrato de los efectos y las consecuencias esta muy logrado, pero se queda ahi todo el rato. No acierta a exponer nada que vaya mas alla. Cuando quiere asomarse al fondo falla el tiro pero por mucho. Cae en un simplismo cutre que mas o menos salva la faena sin que se note demasiado, pero a la que lo examinas canta el apaño.

Lo cual desmerece en parte el conjunto. Porque es como una vacua advertencia: Que viene el coco. Uy que miedo, uy que malo.
Pero si no desarrollas los motivos para hacer caso de tal aviso, estas escamoteando recursos al receptor.

Esto es lo que pasa con la literatura de evasion, te roba tu tiempo y no te aporta apenas nada. Cuando perfectamente podria hacerlo.
Lo tiene todo menos el remate edificante.

Es lo que tiene el materialismo, una cortedad de miras que no alcanza gran vision de conjunto.
Me cuentas que arrastrarte por la droga es malo y te destroza. Pero me vienes con cuentos chinos a la hora de contar como salir de ahi.
Una de dos, o realmente no es capaz de elevarse de ese discurso escaso, o no le interesa revelar eso al lector.

Tan solo se dan los cuatro topicos y recursos de siempre. A ser fuerte y a joderse. Y si sales, bien, y si no, ahi te pudras.
Verdaderamente esto es la edad de piedra, es como cuando a los locos se los encarcelaba como a animales.

Asi que, en resumiendo, este libro esta muy bien como punto de partida, pero mucho cuidado con quedarse con su vision del asunto, porque es pobre y limitada.

0 comentarios :

Publicar un comentario